
Y de pronto llegó la calma
Y de pronto llegó la calma
Parto por cesárea, David, que así se llama, pequeño, casi sin fuerzas, pero con una energía interior enorme que le hicieron superar las dificultades que le sucedían.
Fui madre, lo amaba, lo quería, lo achuchaba, era mi segundo juguete real en la vida.
Operado 2 veces, ingresado 6, virus típicos….Yo ya no podía más, pero sí, claro que podía, por mi hijo lo que fuese.
Era madre primeriza y el primer día en casa no pude bañarle porque me daba miedo a que se me cayera.
Un niño fuerte, con energía, juguetón, alegre, despierto y con muchas ganas de vivir. Ha comido bien desde el principio y pienso que ese es uno de los factores que le han ayudado a superar esas piedrecillas que le ponía la vida.
Cuando tenía 1 año y 3 meses me quedé embaraza de su hermano, esta vez sabiendo que si llueve, llueve.
Parto normal y niño aparentemente normal. Nombre elegido, Paco, que aunque en realidad se llame Francisco Javier yo le llamo y llamare, Paco. No daba guerra, solo comía y dormía, quería estar solo en su habitación a oscuras y ahí fue cuando empecé a preocuparme porque tampoco quería estar en mis brazos.
Los médicos le hicieron pruebas y salvo alguna anécdota errónea por parte de los médicos que ni siquiera voy a detallar, le detectaron una intolerancia a un componente de la anestesia general. Su desarrollo ha evolucionado favorablemente.
A día de hoy, son dos niños llenos de vitalidad y con muchas ganas de aprender y labrarse un futuro con estudios.
Con 5 y 3 añitos me divorcié de su padre. De mutuo acuerdo, express y con acuerdos verbales hasta la fecha.
Con ayuda de mi madre estuve un año con ellos, sin ninguna gana de conocer a ningún otro chico. Me organizaba más o menos bien, sus horario, ropas, mi trabajo, el cole, los deberes….Al final de cada día agotada pero con un orgullo interior de, aun no teniendo la ayuda de su padre y estar en casa sola con las responsabilidades que ello conlleva, estar sacando a estos niños adelante.
La noche, más o menos las 22:00 horas, ya no hay gritos en mi casa y la paz se apodera de mí. Aunque exteriormente no quisiera conocer chicos, era joven y con ganas de ser feliz de una vez. Mi vicio por aquel entonces era internet.
Comencé en un chat en el que además de hablar con chic@s de toda España, podías ver sus caras. Esto me hacía desahogarme de mi día a día estresante.
Mi trabajo no me reportaba mucho dinero y eran más los pagos a realizar que el dinero que conseguía con lo que, mis problemas económicos eran más que evidentes.
Si no pagas la luz te la cortan!!!, ¿Dónde se ha visto eso?, bromas aparte, eso me ocurrió y gracias a eso, conocí a la persona más bondadosa, generosa, amable, simpática, alegre, comprensiva y un larguísimo etc que sé que nunca podré volver a cruzarme en mi camino.
Mi Nick en internet “Mery” el suyo “Koko”. Él, preocupado por mi nerviosismo me pregunto por mi mal estar, yo, con mi coraza externa le expliqué lo ocurrido. Solo hicieron falta 2 horas hablando con él para que el problema estuviera solucionado.
Desde ese día, empecé a desear que llegará antes mi momento de paz. Hablábamos todas las noches, incluso me llamaba por las mañanas, era mi despertador, jajaja. Increíble lo que este hombre ha hecho y sigue haciendo por mí.
Y de pronto llegó la calma, decidió dejar su ciudad y venir a conocerme en persona.
21 de Febrero, creo que martes, no era un día normal para viajar durante casi 300 kilómetros solo para conocer a alguien en persona y además para volver a estar en su ciudad por la noche. Pero lo hizo, le conocí y me sorprendió por primera vez.
14 años más mayor que yo, jamás se me paso por la cabeza la diferencia tan grande de edad. A su lado todo era normal, por fin.
Durante los próximos meses venía 2 o 3 días a la semana a estar conmigo, solo para eso, estar conmigo. Claro está que darme consejos, ayudarme, comprenderme y conocerme.
Durante esas largas conversaciones surgió, como de la nada la idea descabellada de vivir juntos.
Yo, dejar mi ciudad, mi trabajo, cambiar a mis hijos de colegio, sus costumbres, amigos, NI LOCA.
Él, de baja laboral, divorciado, con un hijo que tenía 8 años y al que veía cada día, tampoco. Pues sí, esta fue la opción elegida. Nuevamente sorpresa para mí.
En la ciudad que vivíamos estábamos muy bien y con el amor tan grande que nos teníamos quisimos unir nuestras vidas para siempre, aumentar la familia y tener un fruto de nuestro amor.
1 año intentándolo, no con mucha frecuencia pero si con la desesperación que llegué a tener, cuando cada mes me hacía la prueba y daba negativo. En estos casos el mejor consejo es que no te obsesiones, pero claro, no es tan fácil, teníamos muchas ganas.
Conseguido!!!, me relajé y llegó.
Azul, así se llama nuestra hija. Embarazo normal, parto con cesárea nuevamente y el resultado, un pelo pelirrojo, rizado, ojos azules y hermosísima. Alegre, dispuesta, juguetona y muy buena comedora.
Difícil tarea encargarse de 3 personitas, que aunque los primeros puedan hacer cosas solos, siguen necesitando esa atención y diversión que cualquier persona necesita a lo largo de toda su vida.
Me superó, no sé si lo que tuve fue depresión post-parto o cualquiera otra sin diagnosticar. No podía ser!, tenía todo que siempre había deseado y yo no estaba bien!.
Unos meses de ayuda por parte de mi madre y de mi suegra y solucionado.
Por si acaso el motivo era el extress de esa ciudad, decidimos también casi por casualidad hacer un cambio radical. Cambio de ciudad y de comunidad autónoma, colegio nuevo, amigos nuevos, casa nueva….
Para saber que aventuras vivimos en este cambio tendrás que ir a “Y hasta ahora”.
Muack